LAS RELIQUIAS DE FRAY SEVERO
En su periplo por

la tierra de Valleahogado en Mairal del año 179 d.F. hace más de cuatro años desde este momento, el entonces abad Fray Severo recorrió la región de Cierza conocida como Valleahogado y por otros conocida como Valle del Viento. En resumen de su periplo él mismo dio noticia en el "Viajero de Valleahogado" , pero al parecer trajo de su viaje algo que identificó como supuestos fragmentos de la cúpula de Nozmon, cristales arcanos con poder mágico. Los arcanistas llaman ahora a estos cristales Aar, preciados objetos para la praxis mágica y es que Fray Severo se inició en la taumaturgia con gran interés hasta el final de sus días.
Corre el rumor que se sabía que su intención era llevarlos a Nozmon ante el Bibliotecario más por algún motivo se retracto al final. Gracias al cielo tan poderosas reliquias ahora se hayan en buenas manos. Pasaron brevemente por las manos del abad Fray Bárbaro que las envió en Ontan del año 179d.F. a la tierra de Ircae para que no cayeran en manos Rissodenas ni de sus vasallos. Fray Genaro, enviado con libros y otros tesoros a Turia, las custodio allí y luego las guardó en la Abadía de San Pedro de Ircae construida a finales de ese año. En el año 180 d.F. en Ferten, Fray Genaro dio las reliquias al nuevo abad Fray Rebeco, cuando la tierra de Ircae fue donada por el rey Darío I de Turia a la cofradía en calidad de señorío territorial jurisdiccional. En el año 182 d. F. en Sertan estas reliquias llegaron a las manos del obispado. Los cristales tienen una luz propia y no conocen la penumbra.
